El sistema se compone de una chapa grecada de acero galvanizado que sirve como encofrado para una losa de hormigón vertida in situ. Su función principal es soportar las cargas de ejecución y el vertido del hormigón, evitando la necesidad de apuntalamiento durante esta fase.
A diferencia del forjado colaborante, en el encofrado perdido la chapa grecada no presenta embuticiones ni colabora posteriormente con la losa de hormigón. Por ello, es obligatorio disponer armadura de positivos, mediante una barra en cada nervio del perfil.
Esta solución permite ejecutar forjados ligeros, con peso propio inferior a 2 kN/m², mediante un procedimiento de instalación ágil y sencillo. Los perfiles de la gama son: INCO 30.4 Encofrado, INCO 30.5 Encofrado, INCO 44.4 Encofrado, INCO 70.4 Encofrado, INCO 100.3 Encofrado e INCO 155.3 Encofrado.
Principales ventajas del encofrado perdido:
- Versatilidad: Se adapta a diferentes tipologías de planta, permitiendo flexibilidad en el diseño estructural.
- Rapidez de instalación: Al evitar el apuntalamiento, se simplifica la ejecución del forjado y se optimizan los tiempos de obra.
- Simplicidad constructiva: Se reduce el número de operaciones y materiales auxiliares necesarios.
- Reducción de costes: Menor demanda de mano de obra y medios auxiliares, especialmente útil en forjados de una sola planta.
- Limpieza en obra: Al actuar como plataforma de trabajo, mejora la organización y seguridad durante el proceso constructivo.
- Arriostramiento temporal: Contribuye a estabilizar la estructura portante durante la fase de ejecución.
Aunque no colabora estructuralmente con la losa, la chapa grecada de encofrado perdido desempeña un papel clave como molde y superficie de trabajo segura, siendo una solución funcional, económica y eficiente en obra.



























